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REVOCATORIAS, MAFIAS, INOCENCIAS

Publicado: 2012-10-26

REVOCATORIAS, MAFIAS, INOCENCIAS

“Yo asumo la responsabilidad”

(Susana Villarán)

No hay cómo callarse sobre este tema. El Mercado de Santa Anita y el ordenamiento de una ciudad problemática y caótica como es nuestra milenaria Lima nos obliga a tomar posición. Y asumir posición significa ser claros. No se puede estar con Dios y con Mammón. El luto que Lima debería guardar por las víctimas de los condenables actos de violencia desatada por las mafias y sus aliados delincuentes el día de ayer muestra que hay una guerra en marcha, y que ésta, como todas las guerras, no soporta tibiezas ni acomodos. Y para tomar partido se necesita tener en claro cuáles son los intereses en pugna y qué actores están representados.

Qué está en juego

En el caso del Mercado de Santa Anita se trata de poner orden, de una buena vez por todas, al comercio de los alimentos y otros abarrotes y productos. Esta es una exigencia de la opinión pública, y tiene muchos años, pues este Mercado se viene construyendo desde tiempo atrás, lo que prueba que ningún alcalde de la ciudad, desde Alfonso Barrantes en adelante, dejó de tener claridad al respecto. Lima necesita con absoluta urgencia ordenar el comercio de los alimentos, y eso afecta absolutamente a toda la ciudad.

Por supuesto, no se trata solo de modernizar la ciudad y formalizar a los trabajadores de La Parada. Es algo mucho más difícil, que los alcaldes anteriores, en particular Castañeda, descuidaron mientras nos distraían metiendo cemento como cancha, lo que siempre es más fácil. A estas alturas está claro que Castañeda trató en todos sus períodos de no hacerse problemas y pateó el asunto hacia adelante. Ello fue una mecida en forma. Tal vez eso explicara en parte su constitucional tendencia al silencio.

Parece también que está claro que elegimos una Alcaldesa no para que se quede contemplando los problemas, sino para que tome el toro por las astas. Y aunque podemos y debemos discrepar con ella, pues cuando hay que apoyar, hay que hacerlo sin tantos tiquismiquis.

Chocar o no chocar con Chocano

Es que, por supuesto, hay una manera de no equivocarse al hacer algo, y es no hacer nada en absoluto. Y sustituir los hechos con jarabe de pico o con silencios culpables y a veces cómplices. Un razonamiento espurio nos dice que para no equivocarnos con los operativos, pues no hagamos operativos en absoluto, pobrecitas las mafias y sus delincuentes que tanto se sacrifican trabajando por la ciudad.

Es decir, mejor sería, en la mente inocente de los revocadores “no chocar con Chocano”. Chocano en esta ocasión es uno de los jefes de las mafias que controlan el abastecimiento de alimentos a la capital de la república. Ya se habla de la bolsa de 100 soles per cápita que los mafiosos reunieron – o más bien expoliaron – para pagarles a Pedro Navaja, Juanito Alimaña y sus amigos que trabajaron tan bien ayer. Y a los que se asegura ingresos “extras” a través del saqueo consecuente. Hemos escuchado la amenaza de los mafiosos de meter juicio al que diga que se le ha pagado a Pedro, Juanito y sus patas. Imaginamos que ellos también chambean en las Barras Bravas que apuntalan a la mafia hermana del Fútbol, y que se traen un buen conjunto de cadáveres en la conciencia. Y para remate encontramos en los medios de comunicación esa extraña y ambigua actitud que tanto nos habla de los verdaderos intereses que defienden y como tratan de culebrear entre ellos.

Mafias

No es secreto que nuestro país está inficionado por la corrupción. Las organizaciones que la instrumentan se llaman “mafias”. Y no es de más recordar qué son: La “mafia” se define como una organización que emplea métodos ilícitos para el logro de sus objetivos y no deja participar a otros en una actividad. Vale decir, por definición excluye a otras personas y grupos acaparando una actividad y creando una jerarquía propia, sostenida por la fuerza. Lo que va contra la esencial ley del mercado de la Libre Concurrencia, es decir destruyendo el mercado. Y si algo puede equilibrar los precios de los alimentos de manera decisiva es precisamente establecer el mercado en donde existan condiciones adecuadas para ello. Esta obligación fue establecida por la ciudadanía en las elecciones que Susana Villarán ganó con tanta dificultad. Y esto ocurrió porque el programa presentado implicaba precisamente hacer lo que se está haciendo: Poner orden. Y como somos peruanos y no nos chupamos el dedo, sabemos que las mafias que hoy se rasgan las vestiduras y que son apuntaladas con descaro por los medios de comunicación, apoyan la Revocatoria. Y es obvio que sus intereses coinciden con los de la derecha ByA (Bruta y Achorada) que instrumentan la Revocatoria.

Seamos claros, estar por la revocatoria es estar objetivamente aliado a las mafias de los alimentos (y de paso del Transporte Público). Y aspira, aunque no lo sepa, a que los precios de los alimentos (y de paso los pasajes) sigan siendo controlados por éstas.  Allá ellos con sus inocencias.

Y ya que menciono todo esto, digamos que ocurre igual con las mafias que controlan el Transporte Público. Entre tantas falacias que tratan de afincarse en un sentido común retorcido producido por la experiencia, hacen “huelgas”. Y eso no son “huelgas”, que se definen por ser realizadas por los trabajadores, sino “lock-outs” realizados por los propietarios que defienden su mafia, apoyados con absoluta claridad por la DBA. Véanse los periódicos de hoy y escúchense los comentarios radiales, si no me lo creen.

Colofón

El que nos diga que la Revocatoria, la violencia en Santa Anita y los lock-outs del transporte Público no están relacionados muestra o poseer una impresionante bandada de pajaritos en la mitra, o tener familia en alguna de las jerarquías de las mafias. O que se come lo que dicen los medios de comunicación obviamente digitados. Y así los delincuentes no son delincuentes, ni las mafias son mafias, ordenar la ciudad es condenable e imponer la ley y el orden no debe hacerse. Seamos claros: Defender la justicia no es defender el desorden, y favorecer a las mafias no es Política Social. A tomar el toro por las astas con vigor, con energía, con sensatez. El que tenga Oídos, que Vea.


Escrito por

Javier Bellina de los Heros

Profesor, es decir, sobreviviente. Lector e iconoclasta, con ciertos límites. Libre e independiente por la voluntad particular mía. Con aspiraciones ciudadanas libertarias. Con alguna que otra idea, y bastante bilis. Admirador de Orfeo, radical pensante, pero


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Memorias de Orfeo

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