GENERACION NINI - LA SOLUCION DEL EMPLEO
Las soluciones visualizadas al problema de la Generación NINI – Jóvenes que Ni estudian Ni trabajan – parecen estar en su misma formulación, es decir que este gran grupo de jóvenes que están en nada, más o menos uno de cada cuatro en el Perú, deberían por ende o estar encuadrados en el sistema educativo, o insertos en el mercado laboral. Veamos qué podemos aportar al respecto.
Una advertencia
Al cruzar datos no es difícil señalar un serio riesgo existente: Hemos superado a Colombia en el número de hectáreas dedicadas a la Hoja de Coca, la que, guste o no, es materia prima para la Cocaína, a su vez objeto de Narcotráfico. La experiencia centroamericana de los Maras demuestra que la existencia de montones de jóvenes NINI es el perfecto caldo de cultivo para proporcionar cuadros para las organizaciones de Narcotraficantes y otros delincuentes. Un encuadre de esta clase no es socialmente deseable, es de hecho extremadamente peligroso, en especial por la debilidad de las instituciones que deberían prevenir este problema, como el sistema educativo peruano; o enfrentarlo, como la Policía Nacional del Perú.
Centrados en el planteo del problema, el mantener a los jóvenes en el sistema educativo es interesante e importante, pero de hecho es un paliativo, considerando que tarde o temprano las gentes, educadas o no, crecen y deben trabajar para vivir. Además estar en el Sistema Educativo tiene un costo a pagar, sea por los interesados, o por el Estado vía Impuestos. La solución de fondo del tema pasa por una efectiva inserción laboral. No pretendo con esta idea despreciar ni echar por la borda experiencias como la de los subsidios para estudiantes en la Argentina, únicamente digo que tarde o temprano todos los niños crecen, y tarde o temprano habrá que complementar la solución educativa con estrategias efectivas de inserción laboral.
El problema del empleo juvenil
El Empleo adecuado de los jóvenes es parte del problema más amplio del empleo en general. Existe el desempleo abierto, así como el subempleo, forma paliada de desempleo. Esto se debe a tendencias globales generalizadas, a las que debemos prestar mayor atención, y que son muy estudiadas. El desempleo afecta más a los jóvenes, carentes de estrategias para emplearse con un mínimo de decencia, o incluso sin ella. Según la Ley 27802, que creó el poco efectivo Consejo Nacional para la Juventud, jóvenes son las personas entre los 15 y los 29 años. Para el año 2008 se registraron unos 8 millones de jóvenes en el Perú. De éstos, estaban en la PEA alrededor de 5,4 millones, y fuera de ella unos 2,6 millones. De los que estaban en la PEA, 432,000 eran desempleados abiertos, mientras que cerca de 4,3 millones tenían empleos precarios, definidos como carentes de Seguridad Social.
El caso es que algunos jóvenes peruanos sólo trabajan, otros sólo estudian, y otros trabajan y estudian. El Sistema Educativo peruano encuadra a unos 2,3 millones de jóvenes. Cruzando las cifras, llegamos a que los NINIS – que NI Estudian NI Trabajan - en el Perú serían algo así como 1,6 millones. Y ahí tenemos configurados algunos de los problemas a dilucidar, con sus soluciones de sentido común: ¿Qué hacemos con los desempleados? Pues crear oportunidades de empleo para ellos. ¿Qué hacemos con los subempleados? Pues crear oportunidades de empleo decente. ¿Qué hacemos con los NINIS? Pues encuadrarlos en el sistema educativo o insertarlos laboralmente en empleos decentes. Vimos ya que el problema aterriza en el empleo, incluso cuando hablamos del encuadre en el sistema educativo, del que conocemos sus taras en eso de preparar para el trabajo, a pesar de los ingentes esfuerzos al respecto. De hecho, aún encuadrando o re-encuadrando a estos jóvenes en el Sistema Educativo, necesitamos programar estrategias efectivas que les permitan acceder a un empleo decente a mediano plazo. Ello implica, a más de estabilidad macroeconómica y políticas de promoción de las actividades económicas, y sin darle tantas vueltas, entrenar a nuestros jóvenes en competencias laborales específicas y concretas que respondan a la realidad laboral presente o previsible en el mediano plazo.
Dificultades desde el lado de la promoción de las actividades económicas
El Perú es un exportador minero neto. La Minería en general crea pocos empleos directos, cuando menos en relación con la riqueza que extrae. Más interesante es la creación de empleos indirectos. Sin embargo, depende fuertemente de los precios internacionales, contamina, y no es sostenible en el tiempo. Se acaba el mineral o se hace antieconómico extraerlo, la empresa minera hace maletas, y la falaz prosperidad se hace humo. Sin embargo, la actividad minera así como es proporciona enormes ingresos, y políticas inteligentes deberían poder derivar parte de estos ingresos al cuidado del medio ambiente, a la creación de actividades económicas sostenibles, a la investigación científica y tecnológica, y a formar a nuestros jóvenes para desarrollar actividades alternas. El Valor agregado de los productos mineros es una alternativa importante, pero también depende de la rentabilidad minera, por lo que consideramos que la solución que puede aportar al empleo es relativa. La Minería Artesanal, a no ser que cambie notablemente, es muy contaminante, con el agravante que está oligopolizada en su comercialización, y es fuente importante de Trabajo infantil.
Hay otras actividades productivas. La agricultura y ganadería poseen gran potencial, y en la actualidad son la principal fuente de empleo productivo. Se resienten de la falta de solución en el tema de la propiedad de la tierra, los métodos arcaicos, la baja productividad, y la concentración oligopólica en la comercialización de productos en el mercado interno. A favor está el hecho del Perú como Centro Vavilov de Biodiversidad, lo que se está empezando a aprovechar al posicionarnos como líderes en agricultura orgánica, gracias a la labor de audaces empresarios. La pesca está en situación análoga, aunque con problemas de depredación de recursos y contaminación. A favor está tener nada menos que el mar más rico del mundo. En la Agricultura, Ganadería y Pesca nos beneficiamos además de una extraordinaria tradición proveniente de nuestros antepasados. Añadamos a esto la explotación de recursos maderables de nuestra Selva, que debe ser protegida y racionalizada.
El sector de Servicios concentra con holgura la mayor cantidad de empleo en el Perú. Los servicios no son directamente productivos, aunque el Turismo puede ser una excepción. Aún así, el empleo en el sector resulta ser de baja calidad, mal pagado, y poco productivo. Además concentra el subempleo, pues ahí se sitúan la mayor parte de pequeñas y medianas empresas, que proporcionan mayor número de empleos. Las actividades turística y cultural presentan importantes potencialidades, requiriendo de tecnificación y promoción. También tiene problemas de oligopolización, lo que determina por ejemplo la no puesta en valor de destinos turísticos alternos a los tradicionales. El resto de las actividades de Servicios, hablando muy generalmente, no serían estricto sensu adecuadas para proporcionar empleo decente.
Una política eficiente de creación de empleos potenciaría las áreas estratégicas de producción de recursos sostenibles con recursos humanos motivados, capaces y entrenados para su explotación racional; así como orientaría a las medianas y pequeñas empresas hacia actividades productivas, turísticas y culturales; así como fomentar el emprendimiento juvenil.
Dificultades desde el lado de la empresa
Las empresas y los empresarios en general se quejan de la falta de idoneidad de los recursos humanos que el sistema educativo proporciona. Les parece, y creemos que tienen razón, que los jóvenes carecen de las competencias laborales requeridas para el desempeño de tareas específicas, amén de carecer de competencias laborales generales. En todo caso, las grandes empresas no captan gran cantidad de trabajadores, y éstos por lo general son los mejor entrenados y pagados. Las Medianas y Pequeñas Empresas proporcionan más empleo, pero dependen muchísimo más que las grandes de la idoneidad de los trabajadores, y sufren el mismo problema, pero agravado. La precariedad del empleo en los niveles de las Pequeñas y Medianas Empresas está en directa relación con los problemas de ventas y costos. Por una parte el mercado interno es pequeño y no está en capacidad de resistir un aumento general de precios, sueldos y salarios, a no ser que se compense con monetización por un problemático aumento general de productividad. Por otra parte, hacer empresa en el Perú es caro, complejo y difícil, y la capacidad para bajar costos se produce casi exclusivamente ahorrando en el factor trabajo, lo que determina bajos salarios y empleo precario. Un factor compensatorio de los bajos salarios del Sector de Servicios sería poseer servicios estatales o privados baratos y eficaces de Salud, Educación, Seguridad Ciudadana y Seguridad Social, pues éstos se limitan al pequeño sector de la población que puede financiarlos. De hecho, en el Sector de Servicios se percibe un círculo vicioso, en que la baja productividad no aumenta porque los salarios son bajos, y los salarios se mantienen bajos porque la productividad no aumenta.
Dificultades desde el lado del Sistema Educativo
Nuestro sistema educativo cuenta con una Educación Básica escolar, dividida en Primaria y Secundaria; y una Superior, dividida a su vez en Profesional o Universitaria, y Técnica. En cuanto a la formación en competencias laborales nuestro sistema escolar es inútil, prescindible y oneroso. Su clamorosa incapacidad para enseñar a comprender lo que se lee, o para hacer cálculos matemáticos sencillos conspira directamente contra la idoneidad laboral. Añadamos una currícula especialmente recargada y no adecuadamente diversificada; las falencias en la formación inicial de los docentes, los bajos sueldos, la alta rotación, el control político y la baja estimación social de éstos; la precaria institucionalización de las escuelas; la evaluación obsoleta y rentabilizada; los vaivenes políticos; las brechas de calidad; la falta de políticas efectivas en formación laboral; y otras lindezas para demostrar que el sistema escolar es, como se ha dicho por gente más enterada que el suscrito, una estafa para el alumno. Hay islas de calidad educativa, por supuesto, y buenos intentos públicos y privados, pero estas islas conforman un magro archipiélago.
La Educación Superior no es mejor que la escolar. Un primer factor es la falta de idoneidad en los egresados escolares, que obliga en muchos casos a iniciar desde casi cero la formación laboral, alargando las exigencias académicas y los períodos requeridos para certificar. La alternativa de la Educación Técnica, que certifica en tres años, posee una bajísima estima social, siendo percibida como de menor importancia que la universitaria, y su mercado es mucho más pequeño. La Educación Universitaria es mediocre, requiriendo de formación ulterior en posgrados para poder acceder a alguna mejora laboral, a cambio de un cupo, y aún así la formación que dan las maestrías es pobre, con contadas excepciones. En general, las universidades están pauperizadas, son masivas, plantean carreras baratas en implementación con poca o ninguna relación con la demanda laboral o con la real estructura económica, sus títulos tienen poco valor, y en la práctica se constituyen en refugio de grupos de poder. Hay islas, por supuesto, que a todo costo ofrecen una educación de calidad, aunque limitadas por la incompetencia de los alumnos procedentes del sistema escolar, y limitadas básicamente a los sectores de élite capaces de pagar sus altos costos.
Es conocido que la Educación en el Perú es un negocio. La tendencia a su privatización y la introducción del concepto de lucro han inficionado todas sus estructuras, se ha adaptado a las tendencias mercantiles, y en buena medida su calidad depende de la capacidad económica de los padres de familia. Las inversiones en Educación se rentabilizan en el corto plazo, con lo que se producen fuertes sesgos en la formación de competencias laborales, dado que resulta más rentable seguir las líneas de menor resistencia. Asimismo, las inversiones de mediano plazo en Ciencia y Tecnología no se consideran importantes. La emigración juvenil en busca de posibilidades educativas y laborales es la forma en que los alumnos más astutos y capaces consiguen romper el círculo de hierro de la mediocridad educativa y la precariedad laboral.
Una Dificultad Sistémica
El desarrollo científico y tecnológico ha sido un instrumento multiuso para cerrar las brechas de calidad educativa, mejorar la productividad empresarial, potenciar las actividades económicas en las que poseemos ventajas comparativas, y repotenciarnos como foco cultural. Pero la inversión que el Perú realiza en R&D es irrisoria, lo que denota la real importancia que le damos. Es esencial darle peso y presupuesto. Los jóvenes, por la propia naturaleza de las cosas, tienden a saltarse las etapas tecnológicas, por lo que poseemos una ingente potencialidad a este respecto, que debería ser aprovechada creativamente.
¿Hay soluciones al problema del empleo juvenil?
Parece que sí. Y en apariencia son de sentido común. Es facilismo pensar que es solamente cosa de introducir algunas políticas generales, educativas y laborales a implementar, sea de sopetón, o por aplicación gradual. Lo sencillo es más difícil que lo complejo, y no pretendemos tener la varita mágica, pero creemos que hay ciertas ideas-fuerza a seguir. Precisemos algunas.
Políticas de Fomento de Actividades Económicas
Orientar la economía hacia actividades productivas racionales, sostenibles y de valor agregado en lo agropecuario, pesquero, maderable, turístico y cultural.
Atacar los oligopolios productivos, a través de una democrática apertura del mercado.
Cerrar la brecha financiera entre el aumento de la productividad por la vía de una revolución educativa y decentización del empleo, a través de Impuestos a las actividades extractivas no sostenibles. Esta idea se complementaría con un esquema de crecimiento por la demanda que financiaría el lapso que necesariamente hay entre la formación de recursos humanos idóneos, su inserción laboral y su efecto en la productividad.
Introducir la Ciencia y la Tecnología como elementos a investigar y emplear en el aumento de productividad, añadiendo valor a nuestros productos tradicionales y creando nuevos productos y servicios para mercado interno y exportación.
Políticas de fomento empresarial
Facilitar el proceso de formación de empresas y emprendimientos, en especial juveniles.
Disminuir la precariedad del empleo.
Mejorar la productividad y la eficiencia, en especial fomentando decididamente el empleo de Ciencia y Tecnología de punta.
Recoger los requerimientos laborales de las empresas e introducirlos en la formación laboral.
Crear asociaciones al estilo del programa PROJOVEN – que debiera generalizarse con alguna que otra modificación para hacerlo más flexible – que asocien empresas con entidades educativas.
Políticas educativas de formación laboral
Priorizar el aprendizaje de la lectura, las matemáticas, las ciencias y la tecnología a través de la integración de los procedimientos en las diversas áreas, en Primaria y Secundaria.
Formar a los niños de Primaria decidida y masivamente en los valores del Trabajo y el Emprendimiento.
Formar en la Secundaria, decidida y masivamente, competencias laborales generales, así como elementos del emprendimiento.
Introducir decidida y masivamente Programas de Formación Laboral en oficios por lo menos desde 4to de Secundaria, ajustados a la realidad laboral de las localidades donde se ubican las IIEE.
Potenciar decididamente a los Institutos Superiores Tecnológicos. Esto debe pasar por establecer carreras certificadas en las especialidades que realmente las empresas necesitan, en especial para las actividades económicas productivas.
Reformar las mallas currículares y los syllabii de las universidades, racionalizando contenidos, orientando las carreras hacia las actividades económicas productivas y sostenibles, y certificando en menos tiempo a los estudiantes, hasta alcanzar los niveles internacionales.
Colofón
Estas ideas, naturalmente, están en estado larvario. Lo importante, me parece, no es tanto si estamos de acuerdo o en desacuerdo sino como se pueden mejorar o sustituir por otras mejores. Cuando poseemos algo sobre lo cual pelearnos, podemos cuando menos empezar a avanzar en alguna dirección. Y dirección nos sigue faltando para poder atacar de una buena vez el problema. Ahí lo dejo, pero solamente por hoy.